A casi un año de aparecida la noticia, la descubro, en una de esas búsquedas extrañas que el ansia del ocio posibilita, tras jornadas de trabajo.
Japón, como siempre, lleva la delantera y el centro de la historia es en exceso peculiar: tras años de relación con su Real Doll (muñeca de aspecto realista para propósitos amatorios, construida con silicón y PVC), conseguida luego de la muerte de su esposa (no se especifica el periodo de duelo) un hombre de 60 años, al decidir su mudanza a la casa de uno de sus hijos y después de enfrentar el dilema de destazar a su amante simulacro (cosa que no hizo), optó por envolverla en bolsas plásticas y abandonarla en un área boscosa el 21 de agosto de 2008. Dos semanas más tarde, el 1º de septiembre, la policía de la prefectura de Shizuoka, la descubrió. Los forenses se percataron de la artificial materia de la víctima y tras inciertas investigaciones dieron con el autor de tan extraño y transvirtual crimen pasional.
El hombre, contrito por la confusión policiaca, enfrentó cargos (hace casi un año) por violar la ley japonesa de manejo de basura.
Hasta donde mis destrezas lo permiten, no hay mayor información sobre el hecho.
Fuente: Pink Tentacle
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