Escritor argentino, nacido en Buenos Aires con el nombre de Adolfo Vicente Perfecto Bioy Casares, contribuyó de manera permanente con el desarrollo de la literatura fantástica con su pluma, a través de sus propios escritos, debates y su colaboración, co-escritura con Borges, bajo el seudónimo Honorio Bustos Domeq, de cuentos policiacos y en la creación toda de su detective Isidro Parodi, experiencia que de acuerdo a Umberto Eco marcaría la escritura de Borges hacia el continuo empleo de la lógica abductiva en sus futuros trabajos (Cfr. Borges en la CF) creativos.

Bioy cumpliría el día de hoy 95 ( y los sigue cumpliendo) de no ser porque hace diez años (8 de marzo de 1999) diera el paso definitivo a la otra orilla de la vida.

Entre sus obras, destacan dos por su evidente filiación con la CF: La Invención de Morel, suerte de homenaje a H.G. Wells (y su Isla del Doctor Moreau) que ya anticipaba la realidad virtual y La Trama Celeste, libro de cuentos de varia invención que puede ser incluida entre los parámetros de la CF. Una obra favorita de quien esto escribe, la constituye la novela Dormir al sol.

Junto con Borges y Silvina Ocampo diseñó la Antología de la literatura fantástica, donde, en el prólogo, aseguraba: Viejas como el miedo, las ficciones fantásticas son anteriores a las letras. Los aparecidos pueblan todas las literaturas: están en el Zendavesta, en la Biblia, en Homero, en Las Mil y una Noches.

A riesgo de sonar repetitivo, no existe mejor tributo que leer sus obras.

Feliz aniversario, Bioy, donde quiera que estés.